sábado, 18 de abril de 2020
Orden de prioridades
Publicado el 18 de abril en 'Punt Avui'
Hay dos cosas positivas que cabe destacar de esta crisis. La entrega y generosidad de quien está en primera línea, enfrentándose a la pandemia, garantizando servicios y suministros, pero también el sentido común y el compromiso de los que nos quedamos en casa. Y no es sencillo. Especialmente para quien tiene personas enfermas en la familia, para quien vive en un espacio pequeño, para quien ve reducidos sus ingresos, o tiene niños a su cargo. Lo que nos une en esta situación tan exigente es el haber entendido y asumido que existen prioridades. La primera es, sin duda, hacer frente a la emergencia sanitaria, rebajar la mortandad del virus, reducir el número de personas enfermas, extender las medidas de prevención. Pero no es suficiente. Cuando se cumple un mes desde que se declarara el estado de alarma, aumenta el número de trabajadoras y trabajadores que han visto menguar sus ingresos. A la incertidumbre del confinamiento, se añade ahora la tensión de las rentas de los hogares. Y hacen falta medidas urgentes. Para garantizar que las prestaciones lleguen a tiempo. Con tal de que cada persona pueda prever cuándo y de qué podrá disponer.
A pesar del esfuerzo de las administraciones y de sus profesionales, es sin embargo previsible que, en el ámbito de la prevención social, nos enfrontemos con un cuello de botella. Por eso, ante una situación excepcional, hacen falta recursos extraordinarios. En la gestión y en los protocolos, que se han de flexibilizar. En el alcance de las ayudas, que se han de ampliar a los colectivos más vulnerables. En la tolerancia con situaciones de insolvencia circunstancial, que no pueden comportar un agravio añadido y lastrar, aún más, las economías domésticas. Salimos de la crisis anterior con un incremento de las desigualdades. Ahora, se trata de garantizar que el esfuerzo que hacemos todos juntos se redistribuya con justicia y equidad. Al hacer frente a la actual situación de confinamiento. A medida que se recupere la actividad económica y, finalmente, cuando hayamos pasado página de este momento crítico al que hacemos frente. La emergencia sanitaria, la salvaguarda de los hogares y la resilencia del tejido productivo comportan así tres retos que reclaman un enfoque simultáneo, pero que no puede obviar que hace falta respetar un orden de prioridades.
Así, a nivel económico, la activación de las empresas ha de ser progresivo en dos ámbitos. Ha de empezar por aquellas que satisfagan las demandas reales e inmediatas de la población, y ha de excluir a aquellas que no garanticen la debida prevención de riesgos para sus trabajadores y trabajadoras, y para su entorno. Las empresas que vean aplazada su reactivación han de poder contar con facilidades en los pagos y en el acceso al crédito, beneficiándose de los avales que se han dispuesto. Estos excluyen la aplicación de intereses no asumibles, pero hará falta mucha agilidad en la gestión y también mucha transparencia. Se ha de asegurar que el esfuerzo extraordinario que hace el sector público, sirva exclusivamente para irrigar y mantener la economía real, y no para proveer con beneficios injustificables a la economía financiera. La prioridad es, en este ámbito, el mantenimiento del empleo, que será el único que garantice una recuperación rápida: del tejido productivo, de las rentas familiares, de los ingresos fiscales y por cotización.
Al orden prioridades se añade, finalmente, el trasladar a nuestro modelo económico las lecciones que hemos aprendido. Una crisis comporta siempre amenazas, pero también oportunidades. Entre estas destaca la de corregir los déficits estructurales que se han hecho evidentes. Recuperar la normalidad no puede significar que, una vez salvada la crisis sanitaria, volvamos a la crisis del clima, a la crisis social y sanitaria, o a la crisis demográfica. El momento de confinamiento comporta, inevitablemente, una reflexión individual que se ha de resolver en otra de tipo colectivo. Aquí es donde reside nuestra fuerza, en la capacidad de salir de esta conmoción ampliando el horizonte.
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