domingo, 20 de julio de 2014
'Margen de Beneficio'
En el informe ‘Defensa, Seguretat i Ocupació com a negoci’, publicado por Alejandro Pozo, Camino Simarro y Oriol Sabaté, se describe meticulosamente el entramado de intereses financieros y comerciales que vincula a diferentes actores de Israel con otros del estado español, ya sea en el ámbito tecnológico, investigador o de la seguridad civil y militar. Ante el trasfondo brutal de la ofensiva ‘Margen Protector’ que, a día de hoy, ha costado la vida a 350 ciudadanos/as palestinos/as frente a 5 israelíes, el informe genera estupor y profunda desazón por la aberración y la frivolidad que delata en la trama que alimenta de manera imparable el conflicto en Medio Oriente. Este no es expresión necesaria de un odio visceral e irreconciliable o de la escasez de recursos, sino que obedece en buena parte a los intereses de una industria que mantiene vínculos estrechos con el gobierno de Tel Aviv. Así, el Ministerio de Defensa, responsable del ejército, es también promotor internacional de la industria militar que exporta tres cuartas partes de las armas que produce. Conviene recordar que, a día de hoy, Israel es el primer exportador de armamento por habitante a nivel global, siendo un líder mundial en tecnología como la de los drones, misiles o sistemas de defensa.
Como sugiere el informe, la marca ‘Israel’ tiene como uno de sus principales atractivos el que sus ‘productos’ hayan sido probados en combate. Así cada nueva ofensiva, desde la del ‘Plomo Fundido’ a la más reciente del ‘Pilar Defensivo’, habrían supuesto un laboratorio para el desarrollo y afinamiento tecnológico, pero también un banco de pruebas para demostrar en el opaco mundo del comercio de armamento, la precisión y contundencia de su arsenal militar. Que la ‘neutralización’ programada de población civil pueda servir como reclamo comercial es por desgracia una monstruosidad que no parece del todo irreal. Que la extensión e intensidad del conflicto les sirva a algunos actores en Israel para promocionar sus equipamientos, estrategias y capacidades en ámbitos como el control de la información, las tácticas policiales y militares o la escolta y protección privada, es algo más que una posibilidad. Así el informe muestra en detalle la conexión entre algunas compañías que abastecen y entrenan cuerpos policiales que van desde la Policía Nacional a los Mossos d’Esquadra, pasando por la Ertzaintza o la Guarda Civil, con los servicios especiales israelíes por un lado y con conocidas personalidades políticas e institucionales españolas y catalanas por el otro.
Como se ha hecho evidente en el tratamiento informativo de la ofensiva militar en Gaza, el entramado de intereses que une el establishment israelí con el nuestro propio, va más allá del ámbito militar o del de la seguridad. La narrativa que se ha desplegado en los grandes diarios e informativos radiofónicos y televisivos a lo largo de las últimas dos semanas muestra un sospechoso acomplejamiento a la hora de abordar con cierta neutralidad el relato de las atrocidades que se cometen en la geografía humana de ese ‘Margen Protector’ que de manera tan brutal pretende establecer en su periferia el gobierno de Netanyahu. El sufrimiento que trasladan los rostros ensangrentados y las miradas despavoridas de las víctimas que aparecen retratadas en las fotos de prensa, no se contagia a las crónicas y columnas que las acompañan, y que adolecen, en su inmensa mayoría, de un talante periodístico apocado y superficial. La omisión y la relativización como estrategia transversal en la construcción hegemónica de la actualidad en Oriente Medio a la que asistimos en nuestro país, nos permite entender la complejidad que supone hacer frente a la que se ejecutará en la sociedad israelí. Tanto más merecen respeto y apoyo las gentes que han saltado a las calles de Tel Aviv y Jerusalén para exigir el fin inmediato de la ofensiva.
El fuego que consume Oriente Medio se alimenta de intereses grandes y mezquinos, creados en torno al negocio del miedo, del expolio y de la confrontación. Sus ramificaciones tienen alcance internacional y arraigan con fuerza en el tejido financiero e industrial de un número creciente de países que, como Cataluña y el estado Español, hacen la vista gorda en el ámbito de la legislación y del derecho humanitario internacional, con tal de proteger los beneficios de una élite muy próxima al poder real. Su operación constante, su infatigable ofensiva, requiere de la miseria, de la incertidumbre y de la precariedad para asegurar y extender sus dominios. Lo que mata a los palestinos y avergüenza a una buena parte de la población mundial no es tan sólo el ‘Margen protector’ que ejecuta sin escrúpulo alguno el gobierno de Israel, sino el ‘Margen de beneficio’ que hace inhabitable nuestro planeta y convierte el hambre, la injusticia y la guerra en un lugar común y habitual.
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