domingo, 23 de febrero de 2014
Intervención Convención Partido Verde Europeo - Bruselas 21.2.2014
Estimados compañeros y compañeras. Os traigo el saludo cordial de las CCOO de Cataluña. Es un placer poder compartir con vosotros esta convención del Partido Verde Europeo. Nos han pedido que os aportemos la perspectiva que tenemos en el sur del momento que atravesamos actualmente en Europa. Si me lo permitís utilizaré una metáfora. Nuestra situación es como la de un paciente que ha caído no en manos de un médico, sino en las manos de la industria farmacéutica. Como sabéis, el 50% del gasto médico que se realiza en nuestro historial clínico, se concentra en el último año de vida. Por eso no es de extrañar que a alguien se le ocurra la brillante idea de forzar una enfermedad grave con tal de llevar al paciente a esta situación tan desagradable. Una buena manera de conseguirlo es, por ejemplo, administrando la medicina equivocada a una enfermedad corriente. En el caso del sur de Europa, es como si estuvieran aplicando quimo y radioterapia a un paciente que sufre de una indigestión. El resultado es que el paciente se debilita más y más y su sistema inmunológico se deteriora. Esto lo agradecen especialmente todo tipo de virus, de bacterias y parásitos que viven de la corrupción, de la explotación y de la contaminación del entorno social y orgánico.
La medicina que se ha aplicado mediante las recetas de la troika tiene una fuerte inspiración ideológica. Es un tipo de medicina del dolor que promueve la dependencia, ya sea a nivel individual o colectivo. Lo hemos visto con la ley del aborto en el estado español que le intenta impedir a las mujeres que puedan decidir sobre su propio cuerpo. Lo vemos también cuando se evita que los jóvenes dispongan de una educación de calidad o de un buen trabajo que les permita emanciparse. Cuando se le quita el apoyo a las personas con diversidad funcional, o cuando se niega el acceso a un alojamiento digno o el derecho a negociar las propias condiciones de trabajo. Esta intervención se articula en tres ejes. El desmantelamiento de la iniciativa pública y del estado del bienestar mediante la austeridad y el recorte de servicios y prestaciones. Con la desregulación del mercado laboral para hacer frente a supuestas ‘rigideces institucionales’, eso es, reduciendo las prestaciones por desempleo, facilitando el despido y aumentando la edad de jubilación. Y, finalmente, desvirtuando el diálogo social y la negociación colectiva. Como manda la ortodoxia neoliberal, en el marco de una moneda única son los salarios la única variable de ajusto macroeconómico y. por tanto, se reduce el salario mínimo interprofesional, la cobertura de la negociación colectiva, se facilita el descuelgue de los convenios y se atenta contra la autonomía de los interlocutores para fijar los salarios.
Así aumenta el número de alumnos por aula, se doblan y triplican los tiempos de espera para poderse hacer una mamografía, se reduce el salarió mínimo o se pierde la cobertura de la negociación colectiva. En el caso de Portugal, se ha pasado de 1,9 millones de trabajadores cubiertos a poco más de 300.000. Al mismo tiempo se reducen las políticas públicas, se hunde el crédito a las empresas y a la economía real, y se cierran los centros de investigación. Crece de manera imparable el número de pequeñas y medianas empresas que se ven abocadas a la bancarrota, lo que tiene graves consecuencias en un estado que, como el español, concentra el 85% del empleo en empresas de menos de 50 trabajadores/as. La medicina que promueve el Pacto Euro Plus, los Memorándums de Entendimiento o las negociaciones previas a la compra de deuda pública, no cumple sin embargo con los objetivos esperados. Al contrario. Destruye aún más empleo (2 millones en el caso de Chipre, Irlanda, Grecia y Portugal, 1 millón en nuestro caso desde la reforma laboral, en febrero de 2012) e incrementa la deuda pública hasta límites que superan el margen de viabilidad. En el caso de Portugal del 94 al 127,8% del PIB de 2010 a 2013. En el caso del estado español en un 50%, desde el 60 al 94% del PIB.
Con la austeridad aumenta también la desigualdad, la exclusión social y la pobreza. A lo largo del 2013 han sido desahuciadas diariamente cerca de 200 familias. 650.000 familias no tienen ningún ingreso y hay 2 millones en las que ninguno de sus miembros tiene trabajo. Aparecen nuevas formas de pobreza. A nivel energético, hídrico, o por ejemplo la pobreza infantil, hasta hace poco impensable y que, según UNICEF, se situaba en 2013, en el 27,2%. Con el paro, la bajada de salarios (10% en el estado español, 23% en el caso de Grecia) y la precarización, bajan las cotizaciones y la recaudación lo que limita aún más la amplitud y capacidad de intervención de las políticas públicas. Con el hundimiento de la demanda se alimenta un círculo vicioso que hace cada vez más inviable la salud económica i social del país y da paso a la migración y a la destrucción de las propias capacidades.
Pero por suerte el paciente continúa con vida. Lo que necesitaría para poderse recuperar es una buena dosis de glóbulos rojos que lleven oxígeno a los órganos atrofiados, una producción reforzada de anticuerpos, que hagan frente a la corrupción y la evasión fiscal (90.000 millones anualmente), y una fuerte dosis de medicina verde. El estado español y también Cataluña tenían una posición interesante en el ámbito de la economía verde, tanto en la producción de energías renovables, como en el desarrollo tecnológico o en el ámbito de la innovación. Con la crisis del crédito y las políticas y reformas energéticas que han penalizado elementos tan importantes como el autoconsumo, la producción energética, o la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas, esta posición se ha debilitado y se ha perdido la mayor parte de la ventaja competitiva que se había alcanzado. Los lobbies controlan las políticas en un ámbito que es estratégico y que tiene consecuencias especialmente relevantes en un país con una fuerte exposición a los efectos del cambio climático y la degradación medioambiental. Así se desvirtúan los progresos en un cambio del modelo que crecimiento que hubiese comportado también importantes oportunidades para la creación de empleo de calidad y para el desarrollo de un sector de alto valor añadido, también estratégico para la capacidad y músculo industrial.
Estamos convencidos que el Green New Deal (nuevo contrato europeo) que propone el Partido Verde Europeo, y la creación de empleo verde es una estrategia de futuro importante para Europa, para Cataluña y para el estado español. Por eso hará falta garantizar una seguridad jurídica hoy inexistente, dar facilidades para la inversión en pequeñas y medianas empresas pero también para proyectos en el marco de la economía social. Son cruciales las mejoras en las capacidades técnicas no tan sólo en la formación superior, sino también en el marco de la formación media y dual con tal de crear lugares de trabajo cualificados, pero también la definición de espacios propios para la negociación colectiva en este sector. El potencial de creación de empleo en la economía verde se ha de desplegar en el ámbito del trabajo decente e introducir una nueva cultura de trabajo y de contratación que supere la brecha de género y permita también ofrecer empleo de calidad en las áreas rurales.
Pensamos que en este propósito habría de ser posible aglutinar nuevas mayorías a nivel europeo. La propuesta del Partido Verde Europeo se complementa perfectamente con el plan de recuperación para el crecimiento sostenible y el trabajo decente presentado por la Confederación Europea de Sindicatos. Este plan propone una inversión de carácter anual del 2% del PIB a lo largo de los próximos 10 años que permitiría la creación de 11 millones de lugares de trabajo de calidad y el despliegue de una estrategia para hacer frente a los actuales retos ecológicos, sociales y demográficos. La suma puede parecer alta, pero es la mitad de lo que se ha gastado en los últimos años en los rescates bancarios. Este plan, próximo también al Plan Marshall, presentado por la confederación alemana de sindicatos, es algo más que una carta a los reyes magos, porque incluye una propuesta bien equilibrada y articulada en lo relativo a las vías y circuitos de financiación.
Acabo. Temo que se me ha olvidado una cuestión que pienso es importante. Os tenía que haber avisado que la indigestión, y hablo de nuestro paciente que continua en su cama atiborrado de fármacos, es contagiosa. Y eso es peligroso por dos razones. Porque como bien sabéis compartimos un mismo hospital, pero también porque los que nos han recetado semejante tratamiento para nuestra indigestión, mañana os lo pueden recetar a vosotros para vuestro resfriado. Por eso hemos de actuar juntos. Porque esta medicina es peligrosa, injusta e ineficiente, pero además atenta contra la letra y el espíritu del Tratado (artículos 9, 14, 151, 152…), contra la Carta de Derechos Fundamentales, la Carta Social Europea y contra algunas de las Normas de la Organización Internacional del Trabajo. La gobernanza económica comporta además una grave disfunción en las instituciones europeas. Ha marginado al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social en cada una de las decisiones y planes y ha permitido que el Banco Central Europeo se extralimitase en sus funciones. La Comisión Europea ha faltado en la gestión de la gobernanza a su obligación y responsabilidad como garante de que se respete el Tratado. Así el espacio que ha dejado vacío la pérdida de legitimidad, de justicia y de cohesión, lo ha ocupado rápidamente el populismo, la xenofobia, la intolerancia el racismo y una creciente desafección frente a Europa.
Para hacer viable hoy esta comunidad de destino que es la Unión Europea es necesario recuperar las reglas de juego y, en primer lugar, las reglas democráticas. Para ello es imprescindible un Parlamento Europeo fuerte que participe en todas aquellas decisiones que requiere el gobierno y la coordinación de las políticas económicas en Europa. Nuestra Unión tan sólo será viable si la armonización que comporta la construcción del espacio común es por la vía del progreso, tal y como se establece en el Tratado. Si se le da la misma importancia a los desequilibrios e indicadores sociales, que la que se le da a los desequilibrios e indicadores macroeconómicos. Para eso necesitamos trabajar todos juntos y a fondo con tal de recuperar la iniciativa verde y de izquierdas a nivel europeo. El Partido Verde Europeo será imprescindible para poder articular una nueva gran mayoría que lo haga posible. Por eso os deseamos mucha suerte y buen trabajo en vuestra convención. Gracias.
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