Y no es
de extrañar. El fundamentalismo es siempre mal consejero, ya venga de Bruselas
o de Berlín. Olvida Rajoy que el inflexible dictado que impone la caterva
neoliberal europea, no responde a la intención de aumentar la credibilidad de
la economía española, sino que no busca otra cosa que garantizar el pago de la
deuda a la banca de los países que, en su momento, alimentaron a base de
crédito el fuego de la especulación. Las palabras pronunciadas por el
presidente en el congreso: “no podemos elegir si hacemos o no sacrificios, no
tenemos esa libertad” son por eso una tropelía de dimensiones históricas. No
sólo por equivocarse de lleno y dar por rendido el país, sino por renegar del
derecho a repartir el sacrificio en base a las responsabilidades contraídas, a
la justicia y a la solidaridad. Que en su desatino haya contado con la
aquiescencia algo tibia, eso sí, del Partido Socialista, es una noticia pésima
que ya se anunciaba, el pasado 21 de junio, en el debate previo a la firma del
pacto fiscal.
El Tratado para la
Estabilidad pretende superar la crisis de confianza actual e impedir crisis
futuras. Sin embargo, como recordaba recientemente el Instituto IMK, cercano a
la confederación alemana de sindicatos, está condenado al fracaso en ambos
objetivos. España e Irlanda habrían cumplido con los requerimientos del pacto
fiscal hasta el año 2007, mientras generaban el desequilibrio macroeconómico
actual. Tampoco permitirá superar a los países más vulnerables las dificultades
en su financiación. Al hacer depender el gasto público de los ingresos fiscales
la austeridad tiene, en un entorno de crisis de demanda y desempleo, una
incidencia procíclica que asfixia la economía y desata una espiral negativa. La
coyuntura débil se convierte en recesión y espanta cada vez más a los
inversores. El modelo que subyace al nuevo Tratado no busca generar la
confianza de los mercados a través del ajuste fiscal sino provocar la deflación
competitiva a través de una dinámica que destruye el empleo.
Ese es el ‘dolor sin
sentido’ que se inflinge a la ciudadanía española, como escribía Paul Krugman
en su blog. Una terapia de choque injusta, inútil y desproporcionada que ha
fallado allí donde se ha aplicado. Se podrá decir que el acceso a los fondos de
rescate precisa de la firma del pacto fiscal, pero el hacerlo no implica la
renuncia a la soberanía en la definición de políticas fiscales que compensen el
gasto con mayores ingresos y que permitan incidir en la competitividad más allá
del ajuste salarial. Es necesario exigir en Europa una política de
consolidación variable tanto a nivel geográfico como en la fiscalidad estatal.
Aquellos países con finanzas más sólidas y balanzas comerciales positivas han
de consolidar más lentamente, para animar la demanda y la inflación y desatar
un efecto compensatorio a nivel continental. Los estados deficitarios han de
fiscalizar los sectores económicos que afecten menos a la coyuntura para
invertir en aquellos que, como la formación o la investigación, aporten mayor
competitividad.
El congreso no tiene que
cerrar filas para castigar a las capas más vulnerables de la sociedad, sino
para legitimar una negociación dura que dirima en Europa la corresponsabilidad
en las causas de la crisis actual y que defina una salida que además de justa
sea real. No es admisible que el sector financiero externalice ahora a la
sociedad los riesgos que asumió en su política expansiva de crédito. Si el
objetivo es salvar a la banca privada europea, el coste se ha de mutualizar al
conjunto de la Unión. Son por eso necesarios eurobonos, una ampliación del
plazo de consolidación, el acceso directo del MEDE al capital del BCE y una política
fiscal justa en el que las rentas altas hagan frente al coste social que ha
comportado la financiarización de la economía. Cualquier otra alternativa es
echar gasolina al fuego e incinerar en la hoguera de la inopia, la desidia y la
temeridad, un modelo de democracia, justicia y solidaridad, que es fruto de una
larga lucha generacional.
Hola Ricard! Enhorabuena por el blog. Muy buen artículo, has ganado una seguidora. Salud.
ResponderEliminarSusana.