lunes, 20 de noviembre de 2023

Artificios estadísticos

La reciente presentación del Informe del Mercado Laboral y de la Negociación Colectiva por parte de la patronal catalana Foment fue el escenario escogido para lanzar al mundo una tesis de calado sobre el efecto de la Reforma Laboral. Esta, así el texto, no habría limitado la temporalidad de la mayoría de las actividades económicas, sino que habría oculto ésta tras un manto de artificios estadísticos. La contundencia y relevancia del mensaje invita a hacer un análisis detallado de algunos de los argumentos expuestos.

En primer lugar, se plantea que la reforma laboral habría forzado a una parte de la actividad privada a utilizar contratos indefinidos para cubrir necesidades temporales o estacionales. Así, el contrato fijo discontinuo habría substituido el contrato por obra y servicio, generalizándose su uso hasta el punto de multiplicarse éste por 9, el 2022, en relación al 2021. Esto si bien puede ser cierto, lo que omite es que al ser muy reducido el número de contratos fijos discontinuos en 2021, estos en ningún caso absorbieron el incremento de la contratación indefinida, que fue muy superior. Los datos de la Seguridad Social nos dicen que, entre 2021 y 2022, el número de afiliados/as con contrato indefinido en España se incrementó en 1.836.826 personas. De estos 451.663 se corresponden con el aumento de personas con contrato fijo discontinuo, lo que supone una cuarta parte del incremento total de la afiliación indefinida. ¡Y los contratos registrados confirman esta hipótesis! Este septiembre se firmaron en España 579.061 contratos indefinidos, de los cuales 208.449 eran fijos discontinuos. En cambio, en setiembre de 2021 se firmaron tan sólo 149.989 contratos indefinidos, de los cuales 33.290 eran fijos discontinuos. Del incremento total de contratos indefinidos de un año a otro, es decir, 429.072 contratos, 175.159 se corresponderían con el aumento de contratos fijos discontinuos.

Pero que el aumento de la contratación indefinida se deba tan sólo de manera parcial al recurso creciente al contrato fijo discontinuo, tampoco debería esconder otra cuestión que Foment omite. Así, en su informe parece trasladar al contrato fijo discontinuo la responsabilidad sobre la intermitencia en el acceso al empleo por parte de las personas trabajadoras. Pero, como debería ser ya evidente, la estacionalidad viene dada por el modelo productivo y precisa de soluciones que difícilmente se pueden resolver mediante la contratación, y menos aún cuando el contrato fijo discontinuo es precisamente la solución que aporta más estabilidad. No será precisamente el tipo de contrato el que haga que, 4 de cada 5 trabajadores de temporada, dejen de tener un empleo estacional, sino la transformación de sectores como el turístico, hacia modelos que aporten más calidad del empleo y más valor añadido.

Más: otra vía por la cual el sector privado estaría utilizando los contratos indefinidos según Foment, sería mediante el abuso en el tiempo de prueba. Así, el informe de la patronal plantea que la no superación del periodo de prueba se habría multiplicado por 11 en dos años, mientras que el número de contratos indefinidos tan sólo se habría multiplicado por tres. Los datos de la Tesorería General confirman que, en el caso de los contratos indefinidos, entre septiembre de 2019, antes de la pandemia, y setiembre de 2023, ha habido un incremento de bajas por no superar el periodo de prueba que se ha multiplicado por 6 (de 457 a 2.965). Aún así los mismos datos nos revelan que ha habido también un incremento de las dimisiones o bajas voluntarias que, en el caso de los contratos indefinidos se ha multiplicado durante el mismo periodo por 3, de 3.334 a 10.139 el mes de septiembre, eso es, tres veces el número de bajas por no superar el periodo de prueba.

Como se está viendo con el incremento de la población activa y, tal y como se ha argumentado en el marco del debate sobre la supuesta ‘gran renuncia’, la reducción de la tasa de paro ha trasladado más confianza a las personas trabajadoras en sus oportunidades: tanto para buscar trabajo, como para renunciar a una relación laboral que no les garantice la suficiente calidad. Si no fuese este el caso, nos encontraríamos ante un uso discrecional del período de prueba que se habría de resolver mediante medidas de información y de control, con tal de garantizar que no se perjudique a aquellos empresarios y empresarias que respetan el marco legislativo. Y lo mismo se puede decir del incremento de las personas que han firmado más de un contrato indefinido el mismo mes, que habría afectado a 638.000 personas, según Foment, aunque este dato, como el del 70% de los contratos indefinidos que habrían durado menos de un año, se corresponda con ‘estimaciones’ de las cuales no se citan ni fuentes ni metodología.

Otro de los argumentos de Foment es que la reducción del total de contratos comporta una reducción de las oportunidades para iniciar una trayectoria laboral. Históricamente tanto la Comisión Europea como la propia OIT han llamado la atención sobre el número exagerado de contratos de trabajo que se firmaban en España. El número de contratos no define la calidad del empleo, sino que antes bien sería a la inversa: con un menor número de contratos se inducen mejores empleos. Si los contratos son más estables, mejoran la calidad de vida y la demanda agregada y permiten incrementar la productividad de las empresas con una mejor organización del trabajo y gracias a la formación y calificación permanente de las plantillas Como ha destacado el Banco de España, la reforma laboral ha tenido una influencia positiva en el consumo de las familias. Como traslada el sentido común, haber superado los cuatro millones de afiliados en Catalunya y los veinte millones a nivel estatal aporta estabilidad también para el estado del bienestar mediante el aumento de los ingresos por cotización.

Falta, si acaso, que acompañen también los sueldos y la disposición a llenar de contenido diálogo y negociación en empresas y sectores productivos. A pesar de la preocupación de la patronal catalana Foment, la reforma laboral ha supuesto un hito en la historia socioeconómica de nuestro país. Un hito porque ha desarmado la supuesta premisa de que no era posible crear más y mejor empleo. Este era el objetivo de la Estrategia de Lisboa que situó su horizonte en el año 2010. Más de una década después este objetivo se ha podido hacer realidad en nuestro país. Ahora es cuestión de concentrarse en lo que es esencial y dejar de lado aquello que es superfluo y que es poco más que un artificio estadístico.

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