domingo, 7 de enero de 2018

Rebajas laborales

Las rebajas de enero de 2018 pueden suponer la guinda en el pasteleo estadístico de Fátima Báñez. Después del éxtasis de año nuevo, y el anuncio por parte de la ministra de que el 2017 ha sido el mejor año para el empleo de la serie histórica, la contratación para la incipiente campaña comercial, eso sí, precaria y temporal, podría engordar aún más las cifras y alimentar hasta la morbidez la retórica del supuesto ‘milagro económico’ del PP. Lástima que, como dice el Roto, detrás de los números se escondan personas, y que estas no vivan de estadísticas, sino de salarios, y que además necesiten de la calidad del empleo, eso es, de la seguridad y de la certidumbre, para vivir con cierta tranquilidad, algo que el PP y la ministra han desbaratado.

El reciente estudio del Instituto Sindical Europeo, ‘Una recuperación con malos empleos’ (Agnieszka Piasna, 2017) en base al Índice Europeo de Calidad del Empleo, deja al país del susodicho milagro en muy mal lugar, para ser precisos, en el 26º puesto en la Europa de los 28, tan sólo por encima de Grecia y de Rumanía. El Índice, que toma como referencia la Encuesta Europea sobre Condiciones de trabajo de los años 2005, 2010 y 2015, muestra cómo el mercado laboral español es, por su precariedad endémica, el peor en toda Europa en relación a la seguridad en el puesto de trabajo, y uno de los peores en la conciliación entre vida profesional y personal, las condiciones laborales o la formación y el desarrollo profesional.

En estos 10 años, los trabajadores y trabajadoras españoles han sido los que, junto a los y las griegas y rumanas, más expuestos se han visto a la pobreza laboral y, de los pocos que, esto sí, mérito exclusivo del PP, junto a belgas, eslovenos y británicos han visto empeorar la calidad del empleo, también a partir del año 2010. Estos son los datos que no interesan al PP, como tampoco le interesa hablar de la pobreza infantil y juvenil, de la letanía de la emancipación, en la que somos líderes, o del incipiente empobrecimiento de los pensionistas. Si estos hasta ahora se habían podido salvar, aportando estabilidad a la debacle social de la crisis, parece que conforman, para el gobierno Rajoy, el siguiente objetivo de ‘empobrecimiento selectivo’.

Uno de los elementos más interesantes del estudio de la investigadora polaca Agnieszka Piasna es que rebate con criterio científico el mantra que ha hecho suyo la derecha europea, y que con tanta vehemencia ha interiorizado el Partido Popular. Así, en una chabacano intento de enfrentar a trabajadores con derechos con trabajadores precarios, y sin otro interés que el de sembrar cizaña con tal de armonizar a la baja, se ha intentado dar por sentado que a menor protección del empleo, salarios más bajos y mayor flexibilidad, más oportunidades para que se puedan incorporar al mercado laboral aquellos/as que han quedado ‘marginados/as’. Una argucia retórica de gran simpleza y un despropósito aún mayor si nos atenemos a la realidad.

Como demuestra el estudio del Instituto Sindical, la cantidad y la calidad del empleo no se excluyen mutuamente, sino que se complementan. A más calidad, más tasa de empleo, y cuanto más desempleo, menor calidad del empleo. Así la ministra debería asumir que el problema no está en la cantidad, sino en la calidad, y que de este depende no tan sólo el bienestar de la ciudadanía, sino también el vigor y la sostenibilidad del modelo social y económico. Es más, para la cantidad de ‘empleo’ importa incluso la ‘calidad del desempleo’ y aquí hay que recordar al PP que, a costa de ahorrarse 800 millones de Euros anuales, de las 3.412.781 personas que siguen registradas como desempleadas, hoy cada vez menos disponen de alguna prestación (57,9, respecto al 78,4% en 2010), y que incluso estas, hoy tienen prestaciones inferiores (15%), que las que tenían antes del ‘milagro’ de Fátima y del PP.

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