sábado, 6 de mayo de 2023
Formar para transformar
En CCOO de Catalunya el compromiso con la formación tiene nombre propio y una historia que estos días suma ya 25 años. Quien da nombre a la Fundación nos dejó en un momento de fuertes cambios, poco después de una olimpiada que alteró el alma y la cara de nuestra ciudad. Lo hizo demasiado pronto, con 45 años vividos con la intensidad que imponen el compromiso y la lucha cuando de lo que se trata es de transformar la sociedad, con tal de hacerla más amable y justa. También este último cuarto de siglo ha sido intenso con nuestra incorporación al proyecto europeo, la experiencia demoledora de una gran recesión, una pandemia global, el estallido de la inflación y ahora una guerra que extiende el miedo y la incertidumbre. Al largo de estos cinco lustros no hemos dejado de formar personas ni hemos dejado tampoco de aprender. Porque aprender va ligado de manera estrecha al cambio. Al que nos viene dado por la tecnología, la economía o la política, pero también al que nos imponemos nosotros mismos con tal de mejorar como personas y como profesionales. Si hoy, que sumamos 25 años de ilusión y de experiencia, miramos a nuestro alrededor vemos que la transformación no ha parado y que el cambio se perpetua y continua multiplicándose en todas las dimensiones de nuestra vivencia social y laboral.
Hoy cuando hablamos de cambio hablamos de transición. En el ámbito de la tecnología, donde la automatización, la digitalización o la inteligencia artificial convierten en obsolescentes profesiones y técnicas. En el ámbito de la naturaleza, donde el calentamiento global, el agotamiento de las materias primas o la pérdida de biodiversidad nos recuerdan que no tenemos tiempo que perder en especulaciones o excusas, porque hemos de hacer frente, sí o sí, a un cambio en nuestro modelo productivo, pero también en nuestros hábitos y costumbres. Ante esta transición perentoria e inaplazable, desde el sindicato trabajamos para que sea un transición justa. Que se repartan las cargas y responsabilidades para hacerle frente. Pueden quedar obsolescentes las profesiones y las tecnologías, pero no podemos permitir que sean obsolescentes las personas. Por eso nos hemos de anticipar. Ampliando y adaptando nuestros conocimientos y competencias. Garantizando que nadie quede atrás. Aprovechando la transformación laboral y profesional que facilita el cambio tecnológico para superar trabajos repetitivos, peligrosos, insalubres o dolorosos. Anticipar y acompañar el cambio significa en primer lugar orientar, formar y cualificar a las personas trabajadoras, y eso es a lo que se dedica la Fundación Paco Puerto desde hace veinticinco años.
Pero hay también otras transformaciones que reclaman un papel destacado de la formación en nuestra acción sindical y que sitúan la Fundación en un lugar privilegiado. Aunque gracias a la reforma laboral hayamos conseguido reducir el paro y mejorar las condiciones laborales, nos encontramos que, en nuestro país, resulta casi imposible bajar de una tasa de paro del 10%. Tiene que ver la falta de cualificación que hace que, a pesar de la demanda creciente de las empresas, no haya sitio para muchas personas que no tienen competencias reconocidas, especialmente aquellas que son discriminadas por tener más de 45 años. La formación continua es la única garantía para que estos trabajadores y trabajadoras tengan una oportunidad. Máxime cuando el ascensor social hace muchos años que esta parado y oxidándose en el sótano. Hoy, incluso más que hace 10 o 15 años, la pobreza se hereda y los hijos e hijas de hogares con pocos recursos tienen muchas más posibilidades de permanecer en la precariedad. Por esta razón la formación y especialmente la formación al largo de la vida es una herramienta clave para una transformación que nos ha de permitir conquistar más cohesión, justicia y progreso social.
Ha habido un esfuerzo legislativo importante a lo largo de los últimos tres años tanto a nivel del estado como en el Sistema de Formación y Cualificación Profesional de Cataluña, que ha permitido habilitar un marco normativo que facilita la transformación. La ley de ordenación e integración de la FP, la de Formación en el Trabajo, los acuerdos en el marco del diálogo social o el Acuerdo Interprofesional de Catalunya priorizan y ordenan la formación profesional. El objetivo parece claro: Incrementar la productividad y el valor añadido de nuestro tejido productivo, liberando recursos para ganar en calidad de vida y de trabajo y garantizar esa transición justa que necesitamos para disponer de un horizonte más sostenible. Pero a pesar de las mejoras en el marco normativo y del incremento gradual de los recursos públicos, será muy difícil que hagamos de la formación una palanca de cambio y transformación si no la acompañamos desde la acción y la organización sindical. Ya sea en el ámbito de la negociación colectiva o mediante la interlocución en los centros de trabajo, hace falta garantizar que las políticas de formación respondan a los intereses de las personas trabajadoras, tanto en los contenidos como en las formas.
La resolución del XII congreso: ‘Formar para un futuro más justo, sostenible y feminista’, aprobada con un gran consenso, da algunas claves que ahora debemos trasladar a la realidad. Hace falta capacitar y animar a los delegados y delegadas para que defiendan los derechos de formación en el centro de trabajo y en el marco de los convenios colectivos. Si conseguimos intervenir en los planes de formación para decidir cuáles son las formaciones que necesitamos, si garantizamos que nuestros compañeros y compañeras puedan aprovechar los permisos de formación establecidos por ley, y que han de ayudar a hacer posible conciliar vida, formación y trabajo, podremos desplegar todo el potencial transformador de la formación.
Si estamos presentes en el acompañamiento de la formación en el centro de trabajo desde su inicio, al lado de las personas aprendices que se incorporan al mundo del trabajo por vía de la formación dual, si nos mantenemos a lo largo de toda su vida laboral, tendremos la fuerza necesaria para avanzar en la democratización de la economía y articular así una sociedad más justa. Para hacerlo contamos con la herramienta con la que nos dotamos hace veinticinco años. Una fundación que lleva el nombre de uno de los nuestros y que es la mejora apuesta para convertir la formación en una palanca de verdadera transformación social y económica.
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